1948, Palestinian expulsion and flight |
Μαΐου
Το χρέος των άλλων
Σαν σήμερα, το 1948, γεννήθηκε το κράτος του Ισραήλ.
Λίγους μήνες αργότερα, ήδη πάνω από οκτακόσιες χιλιάδες Παλαιστίνιοι είχαν διωχθεί, και περισσότερα από πεντακόσια χωριά κατεδαφίστηκαν.
Εκείνα τα χωριά, όπου φύτρωναν οι ελιές, οι συκιές, οι αμυγδαλιές και τα οπωροφόρα, βρίσκονται θαμμένα κάτω απ' τους αυτοκινητόδρομους, τα εμπορικά κέντρα και τα πάρκα αναψυχής. Είναι νεκρά μες στην ανωνυμία. Η Επιτροπή Ονομάτων των νέων αρχών ξαναβάφτισε τον χάρτη.
Πια, λίγη Παλαιστίνη απομένει. Η ανελέητη καταβρόχθιση του χάρτη επικαλείται τίτλους ιδιοκτησίας, γενναιόδωρα εκχωρημένους απ' τη Βίβλο, και δικαιολογείται από τους διωγμούς δύο χιλιάδων ετών που υπέστη ο εβραϊκός λαός.
Το κυνήγι των Εβραίων ήταν πάντα ένα ευρωπαϊκό έθιμο· αλλά οι Παλαιστίνιοι πληρώνουν αυτό το εξωτερικό χρέος.
μετάφραση: Μαρία Θεοφιλάκου
πηγή πρωτότυπου: PoetaPachuco.org
από το βιβλίο Los hijos de los días
(Τα παιδιά των ημερών
- ένα ημερολόγιο της ιστορίας των ανθρώπων),
Siglo XXI de España Editores, 2012.
Mayo
14
La deuda ajena
14
La deuda ajena
En el día de hoy de 1948, nació el estado de Israel.
Pocos meses después, ya había más ochocientos mil palestinos expulsados, y más de quinientas aldeas demolidas.
Esas aldeas, donde crecían los olivos, las higueras, los almendros y los árboles frutales, yacen sepultadas bajo las autopistas, los centros comerciales y los parques de diversiones. Son muertas sin nombre. El Comité de Nombres de las nuevas autoridades ha rebautizado el mapa.
Ya poca Palestina queda. La implacable devoración del mapa invoca títulos de propiedad, generosamente otorgados por la Biblia, y se justifica por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió.
La cacería de judíos fue, siempre, una costumbre europea; pero los palestinos pagan esa deuda ajena.
Pocos meses después, ya había más ochocientos mil palestinos expulsados, y más de quinientas aldeas demolidas.
Esas aldeas, donde crecían los olivos, las higueras, los almendros y los árboles frutales, yacen sepultadas bajo las autopistas, los centros comerciales y los parques de diversiones. Son muertas sin nombre. El Comité de Nombres de las nuevas autoridades ha rebautizado el mapa.
Ya poca Palestina queda. La implacable devoración del mapa invoca títulos de propiedad, generosamente otorgados por la Biblia, y se justifica por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió.
La cacería de judíos fue, siempre, una costumbre europea; pero los palestinos pagan esa deuda ajena.
Eduardo Galeano
1940-2015
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